Historia del Arte
La historia del arte es una
disciplina de las ciencias sociales que estudia la evolución del arte a
través del tiempo.
Entendido como cualquier actividad o
producto realizado por el ser humano con finalidad estética o comunicativa,
a través del que expresa ideas, emociones o, en general, una visión
del mundo, el arte emplea diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o
mixtos. La historia del arte, como disciplina académica y entorno
institucional (museos, mercado del arte, departamentos universitarios, producciones
editoriales) se suele restringir a las denominadas artes visuales o
plásticas (esencialmente a pintura, escultura y arquitectura),
mientras que otras artes son más específicamente objeto de estudio de otras
disciplinas claramente delimitadas, como la historia de la literatura o
la historia de la música, siendo todas ellas objeto de atención por la
denominada historia de la cultura o historia cultural, junto con las
historias sectoriales enfocadas a otras manifestaciones del pensamiento, como
la historia de la ciencia, la historia de la filosofía o la historia
de las religiones. Algunos campos de conocimiento estrechamente relacionados
con la historia del arte son la estética y la teoría del arte.
La historia del arte es una ciencia multidisciplinar,
procurando un examen objetivo del arte a través de la historia,
clasificando culturas, estableciendo periodizaciones y
observando sus características distintivas e influencias. El estudio de la
historia del Arte se desarrolló inicialmente en el Renacimiento, con
su objeto limitado a la producción artística de la civilización occidental. No
obstante, con el tiempo se ha impuesto una visión más amplia de la historia
artística, intentando una descripción global del arte de todas las civilizaciones y
el análisis de sus producciones artísticas en términos de sus propios valores
culturales (relativismo cultural), y no sólo de los de la historia del
arte occidental.
PREHISTORIA
El arte prehistórico es el
desarrollado por el ser humano primitivo desde la Edad de Piedra (paleolítico
superior, mesolítico y neolítico) hasta la Edad de los
Metales, periodos donde surgieron las primeras manifestaciones que se pueden
considerar como artísticas por parte del ser humano. En el paleolítico
(25.000-8000 a. C.), el hombre se dedicaba a la caza y
vivía en cuevas, elaborando la llamada pintura rupestre. Tras un
periodo de transición (mesolítico, 8000-6000 a. C.), en el neolítico
(6000-3000 a. C.) se volvió sedentario y se dedicó a la agricultura,
con sociedades cada vez más complejas donde va cobrando importancia la religión,
y comienza la producción de piezas de artesanía. Por último, en la llamada Edad
de los Metales (3000-1000 a. C.), surgen las primeras civilizaciones protohistóricas.
PALEOLÍTICO
El paleolítico tuvo sus primeras
manifestaciones artísticas alrededor del 25.000 a. C., teniendo su
apogeo en el periodo magdaleniense (±15.000-8000 a. C.).
Los primeros vestigios de objetos creados por el hombre aparecen en el sur de África,
el Mediterráneo occidental, Europa central y oriental (Mar
Adriático), Siberia (Lago Baikal), la India y Australia.
Estos primeros vestigios son generalmente utensilios de piedra trabajada
(sílex, obsidiana), o bien de hueso o madera. Para la pintura utilizaban rojo de óxido
de hierro, negro de óxido de manganeso y ocre de arcilla.
Su principal medio expresivo era la pintura rupestre, desarrollada
principalmente en la región franco-cantábrica: son pinturas de carácter mágico-religioso,
encuevas, de sentido naturalista, con representación de animales,
destacando las cuevas de Altamira, Tito Bustillo, Trois Frères, Chauvet y Lascaux.
En escultura, destacan las llamadas venus, representaciones femeninas
que seguramente servían de culto a la fecundidad, destacando la Venus
de Willendorf. Otras obras representativas de esta época son el denominado Hombre
de Brno, el Mamut de Vogelherd y la Venus de Brassempouy.
En la prehistoria surgieron las
primeras formas rudimentarias de música y danza: diversos
fenómenos naturales y la modulación de la propia voz humana hicieron
ver al hombre primitivo que existían sonidos que resultaban armónicos y melodiosos,
y que afectaban a las emociones, al estado anímico de las personas.
Al tiempo, la danza, el movimiento rítmico, supuso una forma de comunicación
corporal que servía para expresar sentimientos, o para ritualizar
acontecimientos importantes (nacimientos, defunciones, bodas). En
principio, música y danza tenían un componente ritual, celebrados en
ceremonias de fecundidad, caza o guerra, o de diversa
índole religiosa. Pronto el ser humano aprendió a valerse de objetos
rudimentarios (huesos, cañas, troncos, conchas) para producir
sonidos, mientras que la propia respiración y los latidos del corazón sirvieron
para otorgar una primera cadencia a la danza.
NEOLITICO
Este periodo inicia alrededor del
8000 a. C.. en el Próximo Oriente– supuso una profunda
transformación para el antiguo ser humano, que se volvió sedentario y se dedicó
a la agricultura y la ganadería, surgiendo nuevas formas de
convivencia social y desarrollándose la religión. En la pintura levantina –datada
entre el mesolítico y el neolítico– se dio la figura humana, muy esquematizada,
con notables ejemplos en El Cogul, Valltorta, Alpera y Minateda.
También se dio este tipo de pintura en el norte de África (Atlas, Sáhara)
y en la zona del actual Zimbabue. La pintura neolítica solía ser esquemática,
reducida a trazos básicos (el hombre en forma de cruz, la mujer en forma triangular).
Son de destacar igualmente las pinturas rupestres del Río Pinturas en Argentina,
especialmente la Cueva de las manos. En arte mobiliar se produjo
la llamada cerámica cardial, decorada con impresiones de conchas (cardium),
y apareció el arte textil. Se manufacturaron nuevos materiales como
el ámbar, el cristal de roca, el cuarzo, el jaspe,
etc. En esta época aparecieron los primeros vestigios de poblados con una
planimetría urbanística, destacando los restos hallados en Tell
as-Sultan (Jericó), Jarmo (Irak) y Çatalhöyük(Anatolia).
ARTE ANTIGUO
Puede llamarse así a las creaciones
artísticas de la primera etapa de la historia, iniciadas con la invención
de la escritura, destacando las grandes civilizaciones del Próximo
Oriente: Egipto y Mesopotamia. También englobaría las primeras
manifestaciones artísticas de la mayoría de pueblos y civilizaciones de todos
los continentes. En esta época aparecieron las primeras grandes ciudades,
principalmente en cuatro zonas delimitadas por grandes ríos: el Nilo, el Tigris y
el Éufrates, el Indo y el Río Amarillo.
Uno de los grandes avances en esta época
fue la invención de la escritura, generada en primer lugar por la
necesidad de llevar registros de índole económica y comercial.
El primer código escrito fue la escritura cuneiforme, surgida en
Mesopotamia alrededor del 3500 a.C., practicada en tablillas de arcilla.
Estaba basada en elementos pictográficos e ideográficos,
mientras que más adelante los sumerios desarrollaron un anexo silábico para
su escritura, reflejando la fonología y la sintaxis del idioma
sumerio hablado. En Egipto se desarrolló la escritura jeroglífica, con una
primera muestra en la Paleta de Narmer (3100 a. C.). La lengua
hebrea fue una de las primeras que utilizó como método de escritura el alfabeto (abyad, alrededor del 1800 a. C.), que relaciona un único símbolo a
cada fonema; de aquí derivan los alfabetos griego y latino.
ARTE CLÁSICO
Se denomina arte clásico al arte
desarrollado en las antiguas Grecia y Roma, cuyos adelantos
tanto científicos como materiales y de orden estético aportaron a la historia
del arte un estilo basado en la naturaleza y en el ser humano, donde
preponderaba la armonía y el equilibrio, la racionalidad de las
formas y los volúmenes, y un sentido de imitación (mímesis) de la naturaleza
que sentaron las bases del arte occidental, de tal forma que la
recurrencia a las formas clásicas ha sido constante a lo largo de la historia
en la civilización occidental.
ARTE GÓTICO
El arte gótico se desarrolló entre los
siglos XII y XVI, época de gran desarrollo económico y cultural.
El fin de la época feudal supuso el afianzamiento de los estados centralizados,
con mayor predominio de las ciudades sobre el campo, al tiempo que un sector
cada vez mayor de la sociedad tenía acceso a la cultura, que dejó de ser
patrimonio exclusivo de la Iglesia. El auge de las universidades comportó
un aumento de los estudios científicos, filosóficos y literarios, sentando las
bases de la cultura moderna.
La arquitectura sufrió una
profunda transformación, con formas más ligeras, más dinámicas, con un mejor análisis
estructural que permitió hacer edificios más estilizados, con más aberturas y,
por tanto, mejor iluminación. Aparecieron nuevas tipologías como el arco
apuntado y la bóveda de crucería, y la utilización de contrafuertes y arbotantes para
sostener la estructura del edificio, permitiendo interiores más amplios y
decorados con vitrales y rosetones.
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